12 de abril| El director del Instituto Cervantes, Luis García Montero, y el presidente de la FEV, Pedro Ferrer, han renovado esta mañana el legado a la cultura del vino que desde el año 2018 permanece en la Caja de las Letras de la sede del Cervantes en Madrid. En esta ocasión, se ha depositado un vino reserva de 1991, año de fundación del Instituto Cervantes, para que continúe envejeciendo en la caja nº 1458 que lleva por nombre “Oda al vino”, en referencia al manuscrito original de la obra de Pablo Neruda que se introdujo coincidiendo con el 40º aniversario de la FEV y gracias también a la colaboración con la Fundación Vivanco.
El vino, cedido por la bodega Marqués de Riscal en representación del conjunto de las bodegas de la FEV, cuenta con una etiqueta conmemorativa precisamente de ese primer legado con el manuscrito de Neruda, y está prevista su apertura en el año 2041, coincidiendo con el 50 aniversario del propio Instituto Cervantes.
Durante el acto de renovación del legado, el presidente de la FEV ha destacado las similitudes que existen entre la Caja de las Letras y las propias bodegas, que actúan igualmente como cápsula del tiempo en las que guardar los vinos, a veces durante años, en barricas y botellas hasta que alcanzan su máxima expresión, aquella que el elaborador quería transmitir y que refleja fielmente los valores de la tierra en la que nace ese vino y de la bodega que los hace.
Para Ferrer, después de 7.000 años de historia de actividad vitivinícola en el mundo son innumerables las referencias culturales que incluyen al vino o lo tienen como su temática principal, particularmente en un país como el nuestro. “Por eso tiene todo el sentido que la cultura del vino tenga un espacio en esta Caja que custodia objetos y recuerdos de la trayectoria vital de escritores, artistas, músicos, científicos, cineastas o actores, a muchos de los cuales seguramente el vino inspiró en alguna ocasión”, ha señalado.
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